jueves, 25 de noviembre de 2010

Padres e Hijos



Solo un 7% de los padres se implica en la crianza de los hijos tanto como las madres”

Es el titular de una noticia de hoy en El País. Me parece significativo en un día donde se habla en todos los foros sobre violencia doméstica.
La madre, trabaje fuera de casa o no, se siente sobrecargada y con la sensación de no llegar nunca e incluso de no estar el suficiente tiempo con sus hijos.
El modelo tradicional en la educación de los hijos sigue siendo el que impera a la hora de criar a los niños.
Con estas cifras se demuestra que no hemos avanzado demasiado. La mujer sigue siendo la que se encarga de casi todo lo relacionado con los hijos, la que educa, lleva, trae, falta al trabajo para llevar al retoño al médico, se levanta por las noches, tenga que madrugar o no, cambia al bebé, le prepara biberones...
El problema empieza cuando, se dice “te voy a ayudar”, “yo ayudo a mi mujer en casa” “yo le echo una mano a mi mujer con los niños”... como si la casa y los niños fueran propiedad exclusiva de la mujer y el marido estuviera ahí no sé muy bien para qué.
Con esta forma de criar, educar a los hijos seguimos marcando a fuego los roles machistas de los que tanto creemos huir pero que nos persiguen en casi todos los ámbitos de la vida.
Si un padre se implica cien por cien en la crianza de los niños, en la cooperación, que no ayuda, de las tareas domésticas, si los hijos ven que ese barco es de todos y que hay dos capitanes, serán niños y a la postre adultos más sanos física y mentalmente.
Los niños necesitan sentirse arropados y amparados por los dos, desde la concepción, saber que son importantes para ambos ser mimados y besados, queridos por las dos personas que le dieron la vida.
No siempre es así, no siempre están ahí, no siempre el padre está dispuesto a dar el todo por el todo por los hijos. Piensa que con ganar dinero para alimentarlo y vestirlo cumple con su función.
No saben estos padres que el alimento del alma en esos primeros años es tan importante como el del cuerpo, no saben, porque no se quieren enterar, que ese alimento será la base para que ese hijos sea un adulto feliz y completo.
El problema, es que cuando se quieren dar cuenta ya es tarde, porque aunque intenten rectificar nunca podrán compensar lo que no hizo y el exceso fuera de tiempo puede llegar a ser tan dañino como el defecto años atrás.
Queremos que se erradique la lacra de la violencia de género, doméstica o como se le quiera llamar, pero seguimos sin gastar demasiado en la Educación no solo de los hijos, sino también de los adultos cuando quieren ser padres.
Es el trabajo más importante que realizaremos en la vida y qué poco nos preocupamos de pre-educarnos antes de tener un hijo.
Siempre hay excepciones que confirman la regla. Ojalá deje de ser pronto una excepción.
maría

2 comentarios:

  1. Efectivamente, hay que pringarse mucho más, hay que compartir todo de verdad, educación y tareas. Cada famiia es un mundo, y debe adaptarse a sus posibilidades dentro del tiempo que les deje el trabajo a ambos. Pero, permíteme un "pero". Precisamente porque son las madres las que en su mayoría han educado o compartido mucho más tiempo con sus hijos, son estas una base importante en las formas que los hijos van adoptando en la vida. El instinto protector en muchos casos, demasiados, se ha confundido con la no exigencia de casi nada, en cuanto se refiere a la colaboración de los niños desde pequeños en las tareas domésticas.
    Si las madres por defecto, han educado a los hijos mayoritariamente, son estas las que en la mayoría de los casos los han malcriado o mal educado, colaborando o no el padre. Conste que eso no exime a los padres de la misma responsabilidad, pero quería hacer este apunte. Espero se me entienda lo suficiente. Muy buena tu reflexión María, besos.

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  2. Claro, como no. Por supuesto que ver a los padres compartiendo las tareas y demás dedicaciones con los hijos, ayuda sin ninguna duda a la educación de esos niños. Pero si solo somos el 7%, evidentemente, de algunos aspectos de la educación, queda mucho tanto por ciento a las mujeres. No quiero echar culpas malévolamente, pero educar en la igualdad es tarea de todos, y si alguno de los dos está mucho más tiempo con los niños, evidentemente tendrá más responsabilidad, aunque solo sea por el tiempo que se les dedica o conviven juntos.
    Siempre se habla del machismo de los hombres, y pocas veces se menciona el machismo de las mujeres, que aunque cada vez menos, por suerte y educación, aún pintan mucho en las familias matriarcales, que son millones. Podría poner algún ejemplo en lo que se refiere a la violencia de género y los consejos de las madres de las mujeres maltratadas, pero no me saldré del tema. Educación por los cuatro costados a todos, todos, es lo que nos falta a raudales. Otro beso.

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